jueves, 11 de agosto de 2016

¿Solo cinco sentidos?

En este caso quiero desarrollar un sentido que no es comúnmente conocido, es el sentido de la propiocepción ¿Pero no contamos solo con cinco sentidos? (audición, gusto, olfato, tacto y vista) esto es algo que nos podríamos preguntar, pero la respuesta es “no, contamos con más de cinco”. La propiocepción es un sentido interno, el cual está encargado de informar la posición de los músculos al organismo, pudiendo sentir las posiciones de partes corporales. Gracias a ella son posibles los movimientos motores planificados (la coordinación de las distintas partes del cuerpo, y el equilibrio entre otras funciones).


La propiocepción está conformada por un sistema que se encuentra en cada musculo de nuestro cuerpo. Estos músculos (también en articulaciones y tendones) cuentan con receptores (propioceptores), los cuales son los encargados de captar a través de la estimulación la posición y los movimientos del cuerpo.


Otros de los sentidos con los que contamos son: en la lengua y la nariz: el gusto, en la nariz: olfato, en el oído: audición, orientación y movimiento de la cabeza, en los ojos: vista. Finalmente están las somatosensación: tacto: presión y vibración, calor y frío, dolor, posición de las extremidades.

Hay un experimento simple que podemos hacer para comprobar nuestra propiocepción. Para esto debemos levantar una mano (con los dedos extendidos) sobre nuestra cabeza, donde no podamos verla (manteniendo el brazo estirado). Con el dedo indice de la otra mano debemos tocarnos la nariz, y luego con el mismo dedo intentar tocarnos el dedo pulgar de la mano que tenemos sobre la cabeza (fuera de nuestro campo visual). Vamos a sentir que perdimos el dedo, ya que no podremos localizarlo del primer intento ¡pruébenlo!

miércoles, 3 de agosto de 2016

Heminegligencia visual

La heminegligecia visual se refiere a un déficit para reportar, responder y orientarse hacia un estímulo presentado. Esto se debe a una lesión cerebral ubicada del lado opuesto al afectado. Es importante aclarar que no se debe a un problema del sistema visual, sino que es puramente cerebral.

Debajo expongo algunos de los test utilizados para averiguar si el paciente sufre heminegligencia. El primero es el Test de Albert, en el cual se le pide al paciente que tache todas las líneas que ve sobre la hoja que se le brinda. Se puede observar en el ejemplo de la figura siguiente como el paciente solo percibe las líneas que se encuentran en el lado derecho, y las que se encuentran sobre la parte izquierda no las marca, debido a que no las registra.


Algo similar sucede en el siguiente caso. Se le pide al sujeto que copie un dibujo determinado, él solo copiará la parte que puede percibir, dejando incompleto el resto. El la imagen siguiente se puede ver como queda incompleto el reloj y la flor del lado izquierdo.




Comparto una ficción en la cual explica como es la vida de un paciente que sufre este síndrome.


Otra alteración en la atención relacionada a la nombrada anteriormente es la Negligencia Personal. En esta los pacientes no reconocen sus extremidades. Se caracteriza por no reconocer la propia enfermedad por el sujeto que la padece (anosognocia, desconocimiento de la enfermedad).

martes, 26 de julio de 2016

El experimento de Sally y Annie

En este experimento los investigadores se propusieron comprobar que los niños menores de cuatro años no son capaces de predecir la conducta de otras personas, ya que asumen que el resto de los individuos piensan igual que ellos.

Para lograr esto se formuló el siguiente experimento (ver vídeo): 


Se le pidió a una niña de 3 años y medio que contestara acerca de la siguiente representación.

Había dos niñas jugando con un bloque "Sally" y "Annie", Sally guardó el bloque en una caja y se retiró donde no podía ver ni oír nada. Cuando esta ya no estaba, Annie pasó el bloque a la canasta.

La investigadora luego le preguntó a la niña: 
-¿Vio Sally que Annie cambió el bloque de lugar?
-No lo vio - Contestó ella.
-Entonces, cuando Sally volvió ¿Dondé pensó que el bloque estaba?
-¡Ahí! - Señalando la canasta.
-¿Porqué pensó que estaba ahí?
-Porque está ahí.

Luego se le hizo exactamente el mismo experimento a un niño de 4 años y medio.

Entonces se le preguntó:
-Cuando Sally vuelva ¿dónde va a pensar qué está el bloque?
-¡Ahí! -señalando la caja-, pero no, está ahí -señalo la canasta.
-Entonces ella va a pensar que está en la caja ¿porque pensas que ella va a pensar eso?
-Porque ella lo puso ahí.

Como conclusión se puede decir que los niños menores a cuatro años no tienen desarrollada la Teoría de la Mente. Esta se conoce como la capacidad de pensar o intuir en lo que otras personas están pensando. Pero los niños mayores a esta edad son capaces de representar en su mente lo que él otro puede estar llegando a pensar.